El esclavo que es esclavo
Quiero que trabaje siempre,
Por la mañana y la tarde;
Pero por la noche, duerme.
No tiene a quien contentar,
Sino a un amo o dos que tiene,
Y haciendo lo que le mandan
Ya cumple con lo que debe.
Pero estos representantes,
Antes que Dios amanece,
Escribiendo y estudiando
Desde las cinco a las nueve,
Y de las nueve a las doce
Se están ensayando siempre;
Comen, vanse a la comedia
Y salen de allí a las siete.
Y cuando han de descansar,
Los llaman el presidente,
Los oidores, los alcaldes,
Los fiscales, los regentes,
Y a todos van a servir
A cualquier hora que quieren.
¿Qué es eso? ¿aire?; yo me admiro
cómo es posible que pueden
estudiar toda su vida
y andar caminando siempre,
pues no hay trabajo en el mundo
que puede igualarse a éste.
Con el agua, con el sol,
Con el aire, con la nieve,
Con el frío, con el hielo
Y comer y pagar fletes;
Sufrir tantas necedades,
Oír tantos pareceres,
Contentar a tantos gustos
Y dar gusto a tantas gentes.
AGUSTÍN DE ROJAS
“Vida intensa de los actores”
El viaje entretenido, 1603
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